Competencia de Gestión de Información
Licenciado en Administración: Víctor Raúl Rojas Oballe
La toma de decisiones es el proceso durante el cual la persona debe escoger entre dos o más alternativas. Todos a diario tomamos decisiones relevantes o no. El tomar una decisión implica que estamos frente a una situación que ha cambiado ó cambiara nuestro estado de cosas, que normalmente se considera estar frente a un problema.
En una situación así, es necesario verificar la decisión a tomar ya que dicho problema puede ser una oportunidad oculta.
Todos tomamos decisiones todos los días y a cada momento. Esas decisiones puedes ser relevantes ó no. El origen del problema es diferente para cada caso y las decisiones que tomamos serán siempre una fuente de datos histórica para una siguiente ocasión parecida.
En el mundo empresarial se presentan cuatro aspectos básicos como fuente de problemas que nos obligan a tomar una decisión. Ellos son:
- Cuando se produce un alejamiento de la experiencia pasada,
- Cuando se produce una desviación de un plan fijo,
- Cuando otras personas presentan problemas al administrador y
- Cuando los competidores actúan mejor que la organización del administrador en cuestión.
Siempre existen restricciones dentro de las cuales se deben tomar decisiones, ya sean de capital, trabajo, tierra, administración, etc., fundamentan la necesidad de hacer elecciones.
Las restricciones se reflejan en la información de que se dispone. Basándose en dicha información, se puede hacer la siguiente clasificación:
Decisión con certeza;
- Decisión con riesgo;
- Decisión con incertidumbre;
- Decisión ante información parcial.
DECISIÓN EN CASO DE CERTEZA
Una decisión con certeza o certidumbre es aquella en que se puede obtener un resultado único y conocido para cada alternativa.
Tomar una decisión determinada en este caso significa elegir, entre varias alternativas, la más conveniente en función del o de los objetivos fijados. Se debe suponer que, como base para le elección, se están considerando todas las alternativas y algún criterio valorativo para medirlas.
Pero muchas cosas suceden que no pueden ser previstas con certeza y que resultan de variables que escapan al control del que decide. Si todas las situaciones fueran de certeza, no se necesitarían funciones de inteligencia ni de análisis; sólo la de un control adecuado bastarían para asegurar el normal funcionamiento de la organización.
Es característica de la decisión superior, que se debe ejecutar generalmente en situaciones de riesgo o incertidumbre.
DECISIÓN EN CASO DE RIESGO
Una decisión con riesgo implica que a cada alternativa se asocia más de un resultado posible y se determinan las probabilidades de ocurrencia de estos resultados. Los conceptos fundamentales son la medición y la predicción (estimar las probabilidades de una eventualidad o contingencia).
La medida probabilística del riesgo puede obtenerse:
- a priori, y
- como medición empírica.
Las deducciones a priori se hacen en base a principios previamente supuestos, siempre que se conozcan las características del hecho. Sabiendo las probabilidades de ocurrencia de los hechos y el número de veces que se realizan las pruebas, se puede hallar un valor esperado de ocurrencia favorable.
Generalmente ocurre que los problemas en la práctica no tienen probabilidad a priori, sino que se posee información histórica de experiencias reales; se recurre entonces a la medición empírica. Se llega a postular, por medio de probabilidades, una serie de datos típicos que se pueden tomar como base para minimizar riesgos.
DECISIÓN EN CASO DE INCERTIDUMBRE
Las decisiones con incertidumbre admiten más de un resultado posible, al menos para una de las alternativas, pero el modelo no incluye probabilidades.
El conjunto de resultados que corresponde a cada acción tiene probabilidades desconocidas, o éstas no tienen sentido por no ser hechos repetitivos.
Si las probabilidades son desconocidas puede reducirse el caso a riesgo mediante el experimento y la observación, trasformando las frecuencias observadas en una distribución de probabilidades.
Si no tienen sentido por no ser hechos repetitivos, deben resolverse con algún criterio que refleje con una expresión cuantitativa la probabilidad subjetiva o grado de optimismo.
La dirección debe tomar decisiones con conocimientos incompletos, mediante visiones mentales que no pueden ser verificadas cuantitativamente, si bien se pueden asignar probabilidades subjetivas a los sucesos que se prevén, la distribución de esperanzas que resulta no puede ser establecida con certidumbre objetiva.
Se puede clasificar las situaciones de incertidumbre en:
- certidumbre subjetiva: la dirección prevé subjetivamente un solo resultado posible para el futuro (p.e.: pronóstico de un determinado volumen de ventas futuro). En este caso se planea con certeza subjetiva:
- riesgo subjetivo: sabiendo que el futuro es incierto, se aceptan como posibles varios resultados.
- incertidumbre pura o subjetiva: se observan múltiples distribuciones con pronósticos de distribución de probabilidades sobre bases inciertas (economía, mercado, competencia, etc.).
CONTROLABILIDAD DE LA SOLUCIÓN
Repetidas veces la elección de una determinada estrategia depende no sólo de su mayor beneficio esperado, sino también de:
- la capacidad del decididor de poder aplicar la estrategia y poder controlarla;
- su estabilidad a través del tiempo.
El control de la solución también es susceptible de valoración, y así se agrega este factor al resultado obtenido, creándose una nueva variable que se incorpora al problema.