El desarrollo profesional es una tarea compartida entre la persona y la empresa. Por un lado, las personas que no se desarrollan dentro de sus carreras son menos competitivas y generalmente pierden sus empleos o se estancan. Por el otro lado, las empresas deben mantener la motivación de los mismos hacia este desarrollo, ayudándolos a dirigir y gestionar sus carreras profesionales.

¿Cómo pueden las organizaciones contribuir hacia esta motivación por el desarrollo?

Incluir o mantener dentro de las estrategias corporativas el desarrollo profesional, tanto de formación como de plan de carrera, genera el espíritu de cuerpo necesario que será la punta de lanza dentro del crecimiento sostenido o ampliación hacia nuevas oportunidades de negocio.